sábado, 18 de agosto de 2007

Navegando por el golfo Sarónico (Grecia 3-12/08/07)


La idea de este viaje surgió en abril cuando se nos ocurrió alquilar un velero para navegar durante una semana. Pensamos que 6 personas sería ideal en cuanto al tamaño del barco y al tamaño del grupo. Por supuesto el patrón también habría que contratarlo pues no tenemos conocimientos ni titulo para navegar por nuestra cuenta.

La organización.

Tras pensar varios destinos al final el que nos pareció mejor encuanto a distancia, precio y posibilidades fueron las islas griegas. Hay muchas islas y para navegar una semana buscamos una zona que fuese tranquila encuanto a fuertes vientos pues el temido "meltemi" azota mucho por las cícladas. La zona adecuada era el golfo Sarónico. Esto tambien nos posibilitaba salir desde el mismo Atenas y no tener que desplazarnos a otro puerto de partida.

El golfo Sarónico está principalmente delimitado por el estrecho de Corinto, el Peloponeso, la isla de Hydra y Atenas.

El atractivo turístico de esta zona es principalmente la isla de Aegina (isla de los pistachos) donde se encuentra el monasterio ortodoxo de San Nactarios, el templo dórico de Afaia, la isla de Poros con su estrecho y sus casas blanca y azules, la isla de Hydra donde no existen vehículos a motor, la ciudad de Epidauros en la costa del Peloponeso donde se encuentra el mayor anfiteatro de Grecia y por supuesto el pulpo a la brasa y el Ouzo (licor) típico en todas las islas.

A principios de mayo conseguimos los vuelos en la página de Terminal A, Sevilla - París Orly y París Charles de Gaulle - Atenas. Este transbordo en París a la postre nos traería algun quebradero de cabeza pero nada insalvable. Air France dispone de un servicio de autobuses entre ambos aeropuertos. Cuesta entre 14 y 16 eur. y tarda aprox. 1 hora. Lo malo es que algun día punta si coinciden varios transbordos se pueden ver desbordados y peligrar nuestro enlace.

Luego conseguimos un hotel en Atenas en la zona del Pireo (puerto comercial de Atenas), una noche para la llegada y otra para la ida. A traves de booking El Best Western Park Pireus nos salía sobre unos 60 eur. cada noche con desayuno. El personal es muy amable, esta limpio y cómodo (tv, aire acond., etc.)

Un consejo que seguimos a pie juntillas, no pillar ningun taxi en Grecia. El transporte público funciona muy bien y es super barato, los taxis hay que negociarlos y aun así te clavan.

Bueno el barco, nos hacía falta un velero para 6 personas, o sea, con tres cabinas. Tras buscar mucho por las diferentes páginas de internet y contactar con varias agencias al final la mas seria fue EasySealing World, de Mallorca, James Pitaluga es la persona de contacto que nos trató perfectamente en todo el papeleo. Luego te enteras que las empresas españolas contratan a su vez a las Griegas, si dominas bien el inglés puedes dirigirte directamente a estas, la nuestra era al final Kavas Yatching de Kalamaki (Atenas). El único inconveniente pienso es que los griegos son los griegos y negociar con ellos... en fin.

El velero con 3 cabinas en la 1ª quincena de agosto 1 semana nos salia 1.500 eur., y el patrón 780 eur. Luego hay que añadir lo que se gaste de gasolina (nosotros gastamos unos 40 eur.), y rellenar el depósito de agua cada vez que se necesite (en unos sitios 1,50 en otros 2,50, en otros nada y en otros 10 eur., grecia es así), de cualquier forma no es para arruinarse ni de coña.

Otra cosa es la comida. En el barco se puede cocinar pero hay que tener en cuenta para hacer la previsión que hay días que se apetece, sobre todo, cenar en tierra. Nosotros nos llevamos algunas cosas, pasta, arroz, latas de atún, galletas, frutos secos, etc. Allí mas que nada hay que comprar la bebida, la verdura, huevos, fruta, pan, leche y hielo. Hay que tener en cuenta que el patrón come contigo en todos los aspectos, dentro y fuera del barco. El tema de la bebida es importante pues estas todo el día al aire libre y al sol.

El primer día y dependiendo de a que hora salgas de Atenas es importante tener claro las prioridades del viaje, o sea, navegar, visitar, parar en calas, es necesario que junto con el patrón se establezca bien la dinámica de la ruta. Nosotros acertadamente hacíamos lo siguiente: dormir en puerto o cala, navegar hasta medio día para almorzar, baños, luego si estabas ya en puerto visita y cena en barco/calle, si no habíamos llegado al medio día continuábamos la navegación hasta el atardecer y atracábamos.

El tema del aseo tambien es irregular pues hay puertos donde te puedes duchar en una tienda, otros en un hotel, otros en ningun sitio y otros en el propio barco con el agua del deposito.

El viaje.

El viernes 3 de agosto salimos a las 6 de la mañana de Jerez y Zahara respectivamente para el aeropuerto de Sevilla donde tomaríamos a las 9:35 el vuelo hacia París Orly. Llegamos sin novedad y tras recojer el equipaje nos dirigimos hacia la parada de "Les cars Air france", o sea, el bus de Air France línea 3 que une el aeropuerto de Orly con el de Charles de Gaulle.
La cola que nos encontramos nos hacía presagiar lo peor, la gente sin orden ni concierto intenta pillar cada bus que llega, el maletero lucha con el personal para que no se cuelen total, despues de 2 buses perdidos conseguimos llegar a la puerta, menos mal que llegó una jefa de la compañía y entre inglés y español conseguimos convencerla para que nos subieran a los 6 en ese bus, por fin. Tras 1 hora perdida y otra de camino nos queda solo 1 más para facturar de nuevo. Al llegar al mostrador nos dicen amablemente "Overbooking". ¿Y ahora qué? esperamos unos minutos y nos confirman que no hay nada que hacer. Nos explican que nos buscan plazas en el siguiente y que nos indemnizarán, 200 eur. por billete. Bueno, algo es algo, la variante solo es que llegaremos a Atenas al hotel a las 12:00 de la noche en vez de las 9:00 p.m. prevista. La duración del vuelo es unas 3'15 h. pero hay que añadir 1 h. más de adelanto en Grecia. Llamamos al hotel y confirmamos la llegada, sin problema, uf, nos relajamos y a esperar 3 horitas a la salida del vuelo conseguido, facturamos y nos sentamos a descansar.
Llegamos de noche a Atenas, buscamos el bus X96 que sale directo para el puerto del Pireo, por 3 eur. tenemos los 6 billetes y en 1 h. nos deja muy cerca de nuestro hotel. Ya mas relajados nos retiramos a descansar (¿aquí hace calorcilla he?, menos mal que hay aire acondiconado).

Sábado 4, nos levantamos temprano desayunamos, cogemos el equipaje y nos vamos para el bus A1 hacia la marina de Kalamaki. Cuando llegamos al puerto vemos mucho movimiento de personas y coches, está claro que es de aquí de donde salen los charter. Buscamos, preguntamos por la oficina de Kavas Yatching y de pronto uno en un coche se nos para al lado, ¿Sr Leiva?, sí ¿Kavas?, nos dice que metamos el equipaje y yo me monte, nos señala donde se encuentra la oficina y nos dirigimos allí. Por el camino el conductor me dice: yo supemercado, comprar todo lo que uds. necesiten, ¡ la leche ! este tío no es siquiera de Kavas y ya tiene hasta mi nombre, si que está esto montado...
La oficina es una caseta de obra prefabricada con un porche y una mesa de madera, una jovencita griega, Kely, nos espera. Tras llegar los demas del grupo andando nos atiende, en inglés claro. Firmamos los papeles, el dinero del patrón, y la fianza ¿que fianza?, sí, sí hay que depositar 1.000 eur. de fianza a devolver a la llegada si todo está correcto. Ozú, ya empezamos. Acoquinamos y nos dicen que vayamos unos a comprar que el barco está listo en 30 m. Llega nuestro patrón, un holandés, Peter, parece tranquilo y de unos 40 años nos pesentamos y hablamos un poco, en inglés claro.
El de antes nos lleva en su coche a un supermercado para las bebidas nos deja allí y se pira, la cajera nos dice: no problem "Kos 34", ¡ joder, otra que ya sabe hasta el nombre de nuestro barco!
Cuando terminamos un chavalito nos dice que le acompañemos por la calle, vamos a otro super para la comida (?). En fin, llegamos hacemos lo propio y tambien saben yá para donde es todo, ¿habrá alguien en Grecia que no se haya enterado de que hemos llegado?. En la misma furgoneta de la comida nos montamos de vuelta para el muelle (¡que me axfisio socorro!).
Nos para delante del barco y empezamos a descargar, Cati y Ali ya han estado intentando ordenar la bebida (cervezas, agua, refrescos, tinto, soda, zumos).El espacio parece pequeño pero poco a poco vamos encajando todas las cosas. Hace calor y estamos deseando salir de puerto. Peter nos dice que nos vamos para un pueblecito de Aegyna y que allí de camino en una calita podemos comer. Comenzamos las maniobras de desatraque, ancla arriba, cuerdas recogidas, motor en marcha, nos ponemos fresquitos y nos movemos.
Vamos saliendo de la marina y observamos los demas barcos, el aire va haciéndose más fresco y empezamos a disfrutar, rumbo a Perdika.
Nos vamos cruzando con ferrys de pasajeros, mercantes, otros veleros, etc. la isla de Aegyna se hace más grande poco a poco. Nos dirigimos a una calita para darnos un baño y almorzar algo. Peter me enseña como se suelta el ancla, apartir de ahora seré el encargado de levar y soltar el ancla en cada atraque. En la calita a lo lejos se vé un chiringuito, gente, sombrillas se escucha música parece demasiado jolgorio para lo que estamos buscando. Tras reponer fuerzas y refrescarnos nos dirigimos ya muy cerca hacia el pueblecito de Perdika, al que llegamos casi con la puesta de sol.
Fondeamos, nos adecentamos un poco y bajamos a ver el pueblecito. El ambiente muy tranquilo, algunas terrazitas con poca gente y una temperatura estupenda. Tomamos algo de beber y volvimos a cenar en el barco. Esa primera noche daba un poco de claustrofobia el camarote y con el leve bamboleo y las emociones conseguimos dormirnos. Peter sin ningun comentario nuestro tomó la iniciativa de dormir en cubierta pues eramos 7 y teniamos 3 camarotes. Antes de dormir nos reunimos con Peter para preparar la travesia del dia siguiente.

Domingo 5, salimos de Perdika tras desayunar dirección a Poros. La mañana estupenda y el mar como un plato. Aprovechamos para hacer fotos y contemplar el paisaje. Peter nos comenta que a Poros llegaremos al atardecer por lo que podriamos ir antes a una calita en la costa de Poros para bañarnos y almorzar. Nos acercamos a la costa, en una pequeña bahía se ven unas bateas de cultivos marinos y nos dirigimos hacia allí. Como la profundidad y las bateas no nos permiten acercarnos demasiado Peter decide amarrar el barco a una boya a mayor profundidad ya que el ancla era corto para este lugar. Pide un voluntario para tirarse al agua cojer el cabo y amarrarlo a la boya. Me quito la camiseta y del tirón me tiro al agua, así de pronto dá un poco de cosa verse en medio del mar fuera del barco. Me dan el cabo y me dirijo a la boya, con las manos bajo el agua tengo que hacer el nudo adecuado, un as de guía. El agua tiene muy buena temperatura y una vez parado el motor Peter baja con las gafas para comprobar el nudo, los demas se preparan para un chapuzón. Subo cojo las aletas, las gafas y el tubo para darme una vuelta. Hay bastante profundidad y me acerco a la costa, empiezo a ver erizos y peces pequeños de diferentes colores, oloturias, etc. el fondo con las posidonias parece con bastante vida. Despues de un rato grande vuelvo hacia el barco y me veo a Cris y M. Angel subidos en la zodiac, me dicen que iban a buscarme. El motor de la zodiac se cala constantemente, dejo los arracapeos de bucear y me subo con todos, vamos a dar una vuelta. El motor se pone en marcha, se cala, enciende nuevo, ahora se lía el cabo de la zodiaz en la hélice, ozú !, se para y metiendo la mano con cuidado consigo desliarlo. De nuevo en marcha, nos damos una vuelta por la costa y volvemos para almorzar. Una vez todos arriba nos ponemos manos a la obra, con un mar completamente en calma es fácil cocinar en el interior. Comemos y tras un leve descanso ponemos rumbo al puerto de Poros. Peter nos deja el timón, ponemos un ratillo las velas. En inglés se hace un poco dificil entender a Peter para apañarnos con las velas, block !, block!, release !, the other line, red line.... al principio no damos a basto pero poco a poco nos vamos enterando, vito y yo nos hacemos cargo del tema.
En la lejanía se vé Poros con las típicas casitas blanco y azules en escalera por toda la isla, va atardeciendo y entramos en el muelle, maniobra de atraque, yo me voy como siempre para el ancla y vito y M. Angel van poniendo las defensas laterales.
Ya parados Peter va a buscar donde podemos ducharnos. Al poco llega, en un pequeño supermercado a pie de muelle nos podemos duchar por 2,50 € cada uno. Nos quedamos un poco confusos pero las ganas de ducharnos supera nuestra incredulidad. Uno a uno vamos pasando por delante de la cajera, hola !, adios !, en un servicio al fondo nos damos una buena ducha. Una vez todos desalinizados rellenamos tambien el deposito de agua del barco, como nos hemos duchado todos no nos cobran y eso que son 200 litros. Luego llega uno cobrando el atraque, 1,40 € por una noche !.
Nos arreglamos y decidimos dar una vuelta por el pueblo de Poros. El atardecer es magnífico y el ambiente marinero y tranquilo hacen del paseo una delicia. Relajados vamos comentando las anécdotas del día y riéndonos despreocupados. Pasamos por una taberna con los famosos pulpos colgados para la brasa. Nos metemos por callejuelas y vamos saboreando el encanto de Poros. El barrio alto más tranquilo y el cercano al muelle algo más bullicioso lleno de tabernas y tiendecitas, nos distraemos con las primeras compras de recuerdos. Más tarde nos encontramos con Peter y decidimos ir a probar el famoso pulpo aunque la cena la haremos más tarde en el barco, a Peter le cuesta hacerse a nuestra hora de cenar pero se adapta perfectamente. Nos sentamos en la taberna del pulpo colgado y lo probamos de 3 formas distintas. Una costumbre muy curiosa que observamos en todos sitios es que en cuanto te sientas te ponen un vaso de agua a cada uno. Las bebidas aquí son muy grandes, la Heineken, Mythos, los zumos de naranja, todos son de casi medio litro, que gustazo !.
Volvemos a cenar, se nos hace un poco tarde y nos acostamos cerca de las 1.

Lunes 6, desayunamos en tierra firme enfrente del muelle, levamos ancla y partimos hacia Hydra. Atravesamos el estrecho de Poros cruzándonos con las numerosas embarcaciones que ya circulan a esta hora, la velocidad por el estrecho está restringida y las autoridades amonestan por megafonía a una motora que marcha a más velocidad de la permitida. Nos acomodamos en la cubierta y observamos con deleite las vistas de este bonito pueblo.
Poco a poco vamos saliendo del estrecho, navegamos paralelo a la costa del continente en dirección a Hydra a la que queremos llegar pronto pues el colapso de embarcaciones en el muelle nos pueden dificultar al día siguiente nuestra partida. Doblamos la punta que separa al continente de la isla de Hydra, aquí el mar parece más picado y el viento arrecia aunque el sol sigue brillando. Peter nos comenta si pararnos a comer antes de cruzar el estrecho pues tendremos pocas zonas de refugio. Bordeamos algo mas buscando una cala, la encontramos, el agua de un turquesa irreal está muy movida por el viento y aunque anclamos y nos damos un chapuzón solo conseguimos hacer a medias la comida pues el movimiento del barco hacen imposible la labor. El baño es genial, lenguaditos, erizos, y otros peces desconocidos pululan por todo el fondo que se vé a 4 metros de profundidad.
Zarpamos de nuevo para cruzar el estrecho hacia Hydra y buscar una cala donde guarecernos del fuerte viento que se está levantando. Sacamos velas, el barco se escora, yo estoy en la proa depié agarrado con las dos manos a los cables, el barco empieza a cabecear, el oleaje va en aumento y a veces supera la cubierta, poco a poco me siento, ya empapado me aferro con todas mis fuerzas a los cables. Peter me llama para que vuelva a la bañera en la popa pues ir delante se está convirtiendo en algo peligroso. Ponemos proa a Mandrakis, una playa que hemos visto en los mapas, el cielo se nubla y el viento arrecia...¡ qué emocionante ! (glup).
Entramos en Mandrakis, anclamos a cierta distancia de la orilla y Peter y yo nos lanzamos al agua, nadamos hasta la orilla y volvemos para terminar la comida y almorzar. Al terminar nos dirijimos a el puerto de Hydra a pocos minutos.

La entrada en Hydra nos impresiona, el oleaje, el sol a medias entre las nubes, barcos y mas barcos y las calles y murallas hasta el agua... como podemos buscamos un lugar para amarrar, la maniobra es mas complicada que en Poros ya que lo tenemos que hacer sobre otros barcos a los que tenderemos que pedir permiso de paso para bajar y subir a tierra. Una vez terminada la operación nos adecentamos un poco y decidimos salir a visitar Hydra. A Alguno de nosotros ya se nos empieza a mover el suelo cuando desembarcamos y tenemos que utilizar la biodramina para tierra firme.
Lo primero que vemos a pie de muelle es una heladería así que como el calor acompaña decidimos entrar, ¡que buena pinta! helado de pistacho por supuesto. Con nuestro helado en mano empezamos a callejear por este caos laberíntico de constucciones superpuestas y encaladas. Hydra tiene rincones realmente hermosos. En esta isla están prohibidos los vehículos a motor por lo que no es raro encontrarse burros cargados con alforjas. El paseo es idílico, relajante, nos transporta a otra época y a otro lugar, las risas entre el grupo nos relajan de la tensión vivida al cruzar el estrecho con el fuerte oleaje.
Va oscureciendo y nos sentamos en una terraza en la plaza a pie de muelle, todo lleno de bombillas y de turistas relajados con una temperatura perfecta.
La vuelta al barco, ya por la noche, resulta igual de divertida como la partida, tenemos que saltar por varios barcos para llegar al nuestro y emplearnos a fondo para no caer y no molestar con las risas a los inquilinos de los barcos por donde pasamos. Antes de acostarnos el yá famoso brindis... ¡ Monrrobia ! que en tono jocoso lanzamos siempre que tenemos un vaso en las manos.

Martes 7, por la mañana la rutina del aseo, desayuno, movimientos medidos en un espacio justo pero que al subir a cubierta tienen su recompensa con la estupenda vista del mar el muelle y el pueblo a plena luz. Hoy nos toca volver sobre nuestro rumbo y hacer una larga jornada de navegación. El plan será almorzar en la cala del día anterior, yá sin viento, cruzar de nuevo el estrecho de Poros, rellenar el tanque de agua en Methana y fondear en una cala enfrente a Epidauros.
La salida de Hydra con mucho tráfico nos hace retrasarnos algo, el barco cisterna del agua, el rápido de Dolphin line... por fin salimos, la mañana espléndida y el mar azul, navegamos despreocupados cruzando el estrecho hacia la calita. Nos cruzamos con otros veleros y con Ferrys de linea regular entre las islas. Llegamos a la cala realizamos la maniobra de anclado y al agua. Tras un buen chapuzón y un rato de buceo almorzamos estupendamente. A Peter le encanta la sangría que hemos improvisado y no para de empinar el codo, ¡ como bebe el jodío !. Tras un pequeño descanso partimos de nuevo hacia el estrecho de Poros. La tarde espléndida nos relaja más si cabe y nos ponemos a cantar todos en la proa, esto parece Eurovisión, al final ponemos música y acabamos bailando entre ola y ola, ¡ que buen rato !. Enfilamos el puerto de Methana para repostar el tanque de agua, entre las duchas, el servcio y el fregadero se vacia cada 2 días mas o menos. Methana se huele de lejos, allí hay un balneario de aguas sulfurosas que emana en el mismo puerto y el olor a huevos podridos cada vez se va haciendo mas patente. Atracamos, el calor en tierra es mayor y el olorcito.... uff. Peter baja a buscar el encargado del muelle, unos vecinos alemanes le comentan que hay que llamarlo a un tfno y que igual viene que no. Para nuestra suerte aparece en una moto pero igualmente desparece. Al ratillo aparece de nuevo y por fin conseguimos rellenar el tanque. Nos ponemos de nuevo en ruta, la luz va menguando y poniéndose el sol llegamos a una cala solitaria, solo otro velero en una esquina es testigo de nuestra llegada. El viento en calma, la temperatura agradable, la puesta de sol y el agua como un cristal... nos quedamos mudos mientras contemplamos la puesta de sol. Me tiro al agua con un cabo para amarrar el barco a un arbol de la orilla, es impresionante como se ve el fondo. Uno a uno todos van saltando al agua, el baño a esta hora es una delicia. Luego la cena, las copitas y la charla, vaya jornada... nunca la olvidaremos.

Miércoles 8, conforme nos levantamos nos vamos dando un chapuzón, el día super luminoso y el sol ya fuerte invitan al baño. Desayunamos pronto pues queremos llegar al puerto de Ephydauros para bajar a tierra a visitar el famoso anfiteatro. Mientras estamos recogiendo todo Angel observa como una de las toallas que hemos dejado en uno de los cables de la cubierta está en el fondo. Como el agua es muy transparaente parece cerca y decido coger las gafas y las aletas para recuperarla. Me tiro al agua, tomo aire e inicio el descenso. Llego sin problemas a la toalla comienzo el ascenso y el aire me falta, muevo rápidamente las piernas buscando llegar rápido, salgo como un delfín del agua buscando desesperadamente una bocanada.... uff, vaya mal ratillo que he pasado. Peter me jalea diciéndome que he bajado 7 metros. Ya mas tranquilo levamos ancla y ponemos rumbo a Ephydauros. Hoy hace calor, la entrada a la hora del almuerzo y ya cerca de tierra se nota. Un chapuzón y almorzamos anclados en las afueras algo más fresquitos y luego buscamos atraque. Bajamos a tierra, buscamos la parada de táxis y negociamos el transporte al anfiteatro, son 40 kms. ida y vuelta y dos vehículos. Los táxis tienen aire acondicionado y hoy se agradece en el alma. Llegamos tierra adentro a un monte con bastante calor y mucho turismo, el anfiteatro y ruinas de Ephydauros. Sacamos la entrada, bebemos en una fuente y nos dirigimos a la visita. El anfiteatro es magnífico, nos sorprende su tamaño y su acústica. Lo recorremos a pesar del calor de arriba a abajo contemplándolo con estupor. Luego entramos en el museo y posteriormente regresamos al barco. Como aun es temprano damos una vuelta por el pueblo y entramos en la Iglesia que nos resulta muy peculiar con toda la parafernalia ortodoxa.
Peter se ha duchado y ya piensa en la cena. Los demas hacemos lo propio y buscamos una de las muchas terrazas para primero tomarnos una Mythos (cerveza) bien fría. Las terrazas al atardecer son muy agradables, Ephydauros es como un pueblo con tiendecitas de recuerdos y para turistas pero sin agobios. Oscurece y pillamos unas mesas al aire libre de una terraza, probamos el Ouzo, saltziki y demás especialidades del país. Todos estos días al anochecer tras la cena Peter a pesar del idioma se enzarza en acaloradas charlas con uno u otro, el otro día fue con Angel, al que le está cogiendo un gran aprecio, otro día conmigo, casi le huimos por el esfuerzo mental que supone el lenguaje para nosotros, a pesar de todo nos cuenta muchas cosas interesantes sobre Holanda y sus gentes. Tras la cena el chupito de costumbre y al catre. Peter sigue durmiendo en la cubierta con unas colchonetas, no me extraña, en algunos puertos recien entrado en el camarote es como una sauna, hasta que no te duermes hace un calor incómodo pero el cansancio es mayor que todo.

Jueves 9,
(continuará)

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